miércoles, 30 de junio de 2010

La conquista

La Conquista de Chile (1540-1553) 1-6

Diego de Almagro

La conquista de Chile por Pedro de Valdivia






En 1539 Pedro de Valdivia (1497-1553), maestre de campo de Francisco Pizarro en la guerra contra Almagro y experimentado soldado procedente de los tercios de Flandes e Italia, solicitó a su capitán y gobernador autorización para realizar una expedición a Chile. Era la oportunidad de probar fortuna y alcanzar hacienda y gloria perseguida en campos de batalla europeos y en numerosas luchas como en las que había tomado parte en América. Pizarro accedió a la petición nombrándole "teniente de gobernador", pero dejó en sus manos levantar y pagar la fuerza con la que acometer la nueva jornada, que no sería sino la finalización de la ocupación del imperio inca, tal y como sucediera en la fracasada aventura de Almagro. Obtenida la autorización para conquistar y poblar estas tierras en nombre del Rey, Pedro de Valdivia recibió el título de Teniente Gobernador de Chile —es decir, jefe del país que se proponía conquistar—, sometido a la autoridad de Francisco Pizarro.

Por su intervención en la guerra civil del Perú, Valdivia había sido recompensado con una encomienda en el valle de la Canela (Charcas) y una mina de plata en Porco, bienes que puso a disposición de la campaña que se aprestaba a iniciar. Sin embargo, no logró reunir los medios necesarios hasta que pudo alcanzar un acuerdo con un adinerado comerciante llegado de España, Francisco Martínez, que financió el avituallamiento de los expedicionarios a cambio de la mitad de lo que rindiera la Conquista. Las dificultades serían todavía mayores para reunir una fuerza suficiente que ofreciera garantías para la aventura. Las noticias que habían traído de Chile la gente de Diego de Almagro sobre la ausencia de grandes riquezas y la penuria del viaje desalentaron el reclutamiento. En esta ocasión se pretendía la conquista del país y la fundación de asentamientos estables, por lo que llevarían consigo semillas y animales domésticos. Debido a estos problemas, Valdivia acordó compartir jornada con Pero Sancho de Hoz, quien fuera secretario de Pizarro y estaba ansioso de hacer efectiva la gobernación que el rey le había concedido en las tierras que descubriera en la región más austral. En enero de 1540 Valdivia partió de Cuzco con apenas once soldados y mil indígenas, decidido a seguir la ruta del desierto que señalara el retorno de Almagro.


El viaje

La expedición tenía un alto costo. Había que proveerse de hombres, animales, alimentos y otros recursos. Lo que más le costó a Valdivia fue reunir a los hombres. Invirtió todos sus recursos y hasta se endeudó para concretar su viaje, y sólo logró reunir unos 150 soldados. Incluyó en el grupo a una mujer española, Inés de Suárez, y a algunos sacerdotes.

Los expedicionarios traían consigo diversas semillas europeas —principalmente trigo—, animales domésticos —como cerdos y gallinas—, y herramientas de toda clase. El 20 de enero de 1540, partieron desde el Cuzco.

A diferencia de Almagro, Valdivia eligió la ruta de los desiertos para venir a Chile: del Cuzco a Arequipa, de Arequipa a Tacna y de allí a Arica, prosiguiendo a Tarapacá.

En su determinación, pesaron no sólo las dificultades naturales del Altiplano, sino también la hostilidad de los indígenas de la región. El capitán español cuidaba mucho de dar descanso a sus tropas, en aquellos valles donde encontraba pasto para sus caballos y víveres para sus soldados.

De Arica la expedición pasó a Tarapacá y allí aguardó a que se sumaran nuevos efectivos. Primero fueron los dieciséis que llegaron con Rodrigo de Araya; después la gente reunida por Francisco de Villagra, procedente de la fracasada expedición de Diego de Rojas, unos ochenta más. En San Pedro de Atacama se agregaron veinticinco españoles al mando de Francisco de Aguirre. Fue entonces cuando Sancho de Hoz pretendió asesinar a Valdivia.

Fracasado ese intento, y ante la perspectiva de ver frustrada la campaña a causa de las discordias, Valdivia, después de haber mandado prender a su rival, se limitó a imponer a Sancho de Hoz que disolviera mediante escritura la compañía que traía con él y asimismo renunciara a los derechos que habían acordado repartirse cuando se asociaron, tras lo cual, después de expulsar a varios cómplices, le permitió continuar en la expedición.




Posesión del territorio


En septiembre de 1540, los españoles llegaron a Copiapó, donde tomaron posesión del territorio. En Copiapó llegarían a incorporarse una veintena más de españoles. Y con esta fuerza, Valdivia tomó posesión del territorio que en adelante se descubriera con el nombre de Nueva Extremadura -en honor a su tierra de procedencia, en la península Ibérica-, pues a esa distancia y en esa latitud concluían los derechos de Pizarro. Se extendió un acta y el lugar se llamó Posesión, nombre que se le asigna a Copiapó en los primeros documentos de la Conquista.

Los expedicionarios continuaron su avance por los valles de Huasco, Coquimbo y Aconcagua y, en diciembre de 1540, ya se encontraban en el Valle del río Mapocho.

Aquí, encontraron una complicada situación política y militar entre los indígenas. Michimalongo y Tangalongo se disputaban el dominio del valle. A su vez, el cacique Atepudo mantenía guerras con Michimalongo.

Valdivia sabía que su empresa de conquista era difícil y que ésta, entre otros factores, dependía del lugar en que fundara la primera ciudad.